jueves, 12 de enero de 2012

LECTURA 3. "Que es una concepción del mundo", M. Sacristán



“Una concepción del mundo no es un saber, no es un conocimiento de acuerdo a lo que es ciencia positiva”

La cultura contiene un conjunto de afirmaciones sobre la naturaleza del mundo físico y la vida y la existencia de una formulación explicita de la concepción del mundo en la cultura de una sociedad no permite averiguar cuál es la concepción del mundo realmente activa en una sociedad, ya que el carácter de sobre-estructura en la concepción del mundo no consiste en ser mecánico, reflejo, ingenuo y directo de la realidad social y natural vivida.

Para el estudio de las relaciones entre concepción del mundo y ciencia positiva basta con entender a los aspectos formales de ambas. Las concepciones del mundo suelen presentar unas puntas muy centradas y conscientes en forma de sistema filosófico. El que las concepciones del mundo carezcan del conocimiento positivo es necesaria ya que la concepción del mundo contiene esencialmente afirmaciones sobre cuestiones no resolubles por los métodos decisorios del conocimiento positivo siendo la verificación o falsación empíricas y la argumentación analítica. Pero no quiere decir que el conocimiento positivo no abandone una determinada concepción del mundo más que otra.

Estos rasgos permiten plantear correctamente la cuestión de las relaciones entre concepción del mundo y conocimiento científico positivo. Una concepción del mundo que tome a la ciencia como único cuerpo de conocimiento real se encuentra visiblemente tanto por delante  como por detrás de la investigación positiva. Como visión general de la realidad, la concepción del mundo inspira o motiva la investigación positiva misma. La “concepción materialista y dialéctica del mundo” es llamada por Engels como “concepción comunista del mundo” esta movida por la aspiración a terminar con la obcecación de la conciencia, con la presencia en la conducta humana de factores no reconocidos.

El nuevo materialismo no es una filosofía sino una simple concepción del mundo, que se sostiene  y actúa no en una sustantiva ciencia de la ciencia, sino en las ciencias reales. Su punto de partida y de llegada es la ciencia real, esa concepción del mundo no puede querer más que explicitar la motivación de la ciencia misma. Esta motivación es un inmanentismo; la explicación de los fenómenos debe buscarse en otros fenómenos, en el mundo, y no en instancias ajenas o superiores al mundo. En este postulado de inmanentismo, definidor de la posibilidad del conocimiento científico, se basa en la concepción marxista del mundo.

El análisis reductivo practicado por la ciencia tiende a obviar conceptos con contenido cualitativo para limitarse en lo esencial a la dirección de relaciones cuantitativas. El análisis marxista se propone entender la individual situación concreta  sin postular más componentes de la misma que los resultantes de la abstracción  y el análisis reductivo científicos.

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